Resumen
Las enfermedades crónicas implican un cambio radical en la vida de quien las padece y la de su familia o cuidadores primarios. Los padecimientos crónicos requieren cuidados especiales porque alteran notoriamente el funcionamiento cotidiano y la percepción de vida. Objetivo. El presente estudio buscó identificar la relación entre la calidad de vida (CV) y la depresión de pacientes con lupus eritematoso sistémico (LES). Método. Participaron doscientos pacientes de una institución pública de salud en la ciudad de México, 172 (84.7%) eran mujeres, con edades de 16 a 68 años (media = 33.52, desviación estándar = 10.37). Los participantes tenían diagnóstico confirmado de LES asignado desde 1 a 42 años (media = 7.71, desviación estándar = 6.88). Los participantes respondieron los inventarios de depresión de Beck (BDI) y el Inventario de Calidad de vida y salud (InCaViSa). El estudio usó un diseño correlacional-descriptivo con análisis de regresión para explorar la relación.
Resultados. Los resultados mostraron una correlación alta y significative entre síntomas depresivos, preocupaciones,
aislamiento y percepción corporal deteriorada. Otros resultados reflejaron asociación con deterioro cognitivo, actitud al tratamiento, uso escaso del tiempo libre, redes sociales pequeñas y deterioro general de la vida cotidiana. Los resultados no documentaron
asociación entre síntomas depresivos y relación con el médico o dependencia médica. Discusión. En general los principales hallazgos muestran correlación clínica y estadísticamente sinificativa entre síntomas depresivos y calidad de vida. Es muy
probable que una calidad de vida deteriorada agregue riesgo al paciente en su vida cotidiana y sus allegados inmediatos. El tratamiento médico y la atención psicológica pueden ayudar en gran medida a evaluar e intervenir a los pacientes, en el contexto de que, un diagnóstico crónico autoinmune modifica radicalmente componentes conductuales, cognitivos y emociones que requieren atención especializada.